ORGANIZACIÒN : La PROCRASTINACIÒN: una Epidemia de nuestros dìas (I)
La procrastinación: una epidemia de nuestros días
por Panama, publicado el
La procrastinación es un complejo transtorno del comportamiento que a todo el mundo nos afecta en mayor o menor medida. Consiste en postergar de forma sistemática aquellas tareas que debemos hacer,
que son cruciales para nuestro desarrollo y que son reemplazadas por
otras más irrelevantes pero más placenteras de llevar a cabo. Es asumida
popularmente como simple "pereza".
Afecta a multitud de perfiles (el ejecutivo que aplaza una y otra vez
una reunión porque la prevee conflictiva, el estudiante que aplaza
indefinidamente el estudiar para sus exámenes,etc.) y cada vez más se
está convirtiendo en un serio de problema que afecta a al salud
psicológica de los individuos y, por ende, a la salud social de una
comunidad.
La procrastinación es un fenómeno que se ha descubierto de tal
complejidad que resulta difícil analizarlo, por las complicaciones que
presenta en identificar sus orígenes así como las muchas relaciones
causa-efecto que se realimentan entre sí. Todo esto dibuja un cuadro
polifacético que resulta muy complejo de analizar. En este artículo sin
embargo voy a intentar al menos "darle una puntilla" al asunto, con la
ayuda de algunas referencias que existen dentro de la literatura
científica sobre el tema.
La procrastinación se manifiesta ante todo como una pésima gestión del
tiempo. El "procrastinador" suele o bien sobrestimar el tiempo
que le queda para realizar una tarea, o bien subestimar el tiempo
necesario -según sus recursos propios- para realizarla. Éstos son
solamente un par de los muchos autoengaños en los que el procrastinador
incurre. Como veremos más adelante, una de las actitudes típicas de un
perfil determinado de procrastinador es la excesiva autoconfianza., una
falsa sensación de autocontrol y seguridad. Por ejemplo, imaginen que se
nos da 15 días para presentar un informe. En nuestro fuero interno
estamos convencidos que solo necesitaremos 5 días para hacerlo, incluso
menos. En ese momento pensamos "hay tiempo de sobra, no es necesario ni siquiera empezar a hacerlo!".
Y se posterga día tras otro una tarea que no solamente no nos ilusiona
hacer, si no que, en cierta manera "ya hemos terminado" en nuestra mente
confiada cuando ni siquiera hemos movido un dedo por ella. Al acercarse
el plazo de entrega de forma peligrosa, de repente, nos damos cuenta de
que no seremos capaces de cumplir con la tarea que se nos ha asignado.
Entonces pensamos "No tengo esto bajo control, no tendré tiempo!!" y
comenzamos a trabajar en ello de forma atropellada, con una gran carga
de estrés.
En ese momento aparece en escena otro autoengaño, y es el aquél de "Solo
bajo presión trabajo bien". Lógicamente, porque realmente no hay otra
opción en ese punto!.
Frecuentemente esta actitud y manera de proceder es típica de personas
que confían mucho en sus posibilidades. Si, además, es realmente así -la
persona tiene realmente esas capacidades- es posible que el final de la
historia sea que aquella tarea se entregue en el plazo y con unos
resultados óptimos. Esto envía un mensaje aparentemente erróneo al
procrastinador ("mira qué nota he sacado a fin de cuentas!") que observa
como ha obtenido una recompensa a su forma estresada de trabajar; por
lo que reiterará en su conducta, aunque ésta siempre le traiga ansiedad y
problemas en general.
Los causas o motivos que pueden llevar a una persona a padecer de
procrastinación son tan diversos y complejos que resultaría muy correoso
plasmarlos en un solo artículo. Hay personas que "procrastinean" de resultas de un estado depresivo
(la depresión conduce a estados de letargo). Otras en cambio son
amantes del perfeccionismo, y ésto las priva de empezar a realizar
proyectos porque temen que no podrán hacerlo tan perfecto como ellas
desean, y por lo tanto pierden la motivación. También una baja tolerancia a la frustración
ayuda a "dejar las cosas de lado", por miedo a que nos desborden y por
tanto por miedo a cómo nos sentiremos entonces. Otro perfil muy distinto
sería el de aquellas personas muy activas que disfrutan gestando ideas,
pero que no pueden finalizarlas porque enseguida se distraen generando
ya la siguiente; y postergan así decenas de tareas que obviamente no
tienen tiempo para completar.
Y eso solo mencionando una minúscula porción de los muchos perfiles de
procrastinador que se pueden encontrar.
Seguramente usted que está leyendo estas líneas se haya visto
identificado en alguna de las frases de este artículo. Se habrá
recordado a sí mismo leyendo el diario en la oficina con una lista de
tareas por hacer, yendo a la cafeteria justo en el instante en que se
propuso empezar un proyecto, navegando por internet mientras su teléfono
sonaba con un cliente/jefe incómodo al otro lado llamando... etc.
El hecho de que sea un mal muy extendido y que se trate de un fenómeno
de por sí fascinante por su complejidad y riqueza de matices, hace que
merezca la pena su estudio, tanto a nivel académico -que ya se viene
realizando- como a nivel individual y colectivo.
Si así lo cree, le agradecería que invirtiera unos segundos en dejar un comentario a este artículo con sus reflexiones y peticiones de continuidad de este tema en Society of 2000. Con la venia de su propia procrastinación, por supuesto
Comments
Post a Comment
Gracias por tu comentario es muy enriquecedor para el blog.