SALUD. Còmo afrontar la TRISTEZA antes de que se convierta en DEPRESIÒN

Cómo afrontar la tristeza antes de que se convierta en depresión


Es muy importante que sepamos gestionar la tristeza de un modo efectivo y lo antes posible para que no derive en un trastorno más serio
Cómo afrontar la tristeza antes de que se convierta en depresión La tristeza es una emoción natural a la que todos estamos acostumbrados . A pesar de que no tiene nada que ver con sufrir una depresión, es vital tener en cuenta que, de convertirse en algo cotidiano, de notar que día a día esta sensación negativa nos van dominando hasta el punto de impedirnos cumplir nuestras obligaciones, corremos el riesgo de acabar sufriendo un trastorno psicológico más serio.
Es importante disponer de unas estrategias básicas y adecuadas que nos permitan hacer frente a esa tristeza que, en ocasiones, sentimos bien por un problema determinado, o incluso por una alteración puntual de nuestra salud. La diferencia básica entre la tristeza y una depresión está en la intensidad, esa misma que, si no gestionamos de modo efectivo lo antes posible, puede hacer que acabemos cayendo en el precipicio de la depresión.
Hoy en1. Estar triste no es estar depresivo, pero debemos resolver el problema lo antes posible
Tristeza
En primer lugar hay que saber que la tristeza es una reacción emocional natural. Todos la hemos sentido en mayor o menor medida y todos hemos logrado superarla. No hay que alargarla en el tiempo, ni alimentarla con más pensamientos negativos. Se trata en realidad, de vivirla, de asumirla y, después, dejarla ir.
  • Estar triste no es estar depresivo. La tristeza es algo puntual y la depresión es un estado que implica una alteración psicológica que se alimenta por el desánimo y que se alarga más allá de tres meses.
  • La tristeza tiene múltiples orígenes y, a su vez, depende de nuestra personalidad. Hay a quien le entristecerán determinadas cosas, mientras que a los demás les preocuparán más otros aspectos. Ninguna tristeza es igual ni todas se viven de igual modo.
  • La tristeza no debe alargarse más de dos semanas seguidas. No obstante, en el momento en que esta sensación pasa ya de los tres meses, se acompaña además de pensamientos obsesivos cargados de negatividad y de decaimiento y se presenta una clara dificultad para desempeñar tareas básicas, como ir a trabajar o incluso el asearnos, estaríamos hablando ya de una depresión.

Cómo afrontar la tristeza

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Hay que tener muy claro que la tristeza siempre tiene un origen, es decir, si estás triste se debe a una razón que debes conocer y ahondar en ella para intentar resolver. Bien es cierto que, en ocasiones, el desánimo puede estar generado por algún problema de salud como, por ejemplo, una alteración hormonal o incluso un sistema inmunológico debilitado.
Es importante pues contar con un informe médico que nos aclare cuál es nuestro estado general de salud. Hay veces en que un problema de tiroides ocasiona decaimiento y malestar, de ahí que sea interesante ir descartando algunos aspectos que, en ocasiones, pueden determinar esa sensación de tristeza.
Una vez tengamos claro cuál es el origen de esa sensación negativa es el momento de poner en práctica estos consejos:

1. Desahogo emocional

Puede parecerte fácil pero, en realidad, no es sencillo encontrar el mejor modo para desahogarnos. Hay quien llora y alivia ese malestar. Otros, sin embargo, necesitan unos días de soledad e introspección para poder pensar en su propia situación y, entonces, desahogarse.
Llora si lo necesitas, escribe, pasea, lee… Busca tu propio modo de liberación, de descanso. Busca tu soledad o habla con esa persona que siempre sabe escucharte y que te da buenos consejos, pero procura liberar esa tristeza de algún modo.

2. Entiende que la tristeza es pasajera, que todo pasa

Felicidad
Una vez has comprendido el origen de esa sensación y te has liberado a través de las lágrimas o hablando con alguien, llega el momento de racionalizar la situación.
  • Entiende que el sufrimiento no es eterno, que no puedes vivir eternamente con esa sensación negativa.
  • La vida es un cambio constante, todo fluye y nada es eterno. Puede que ahora hayas vivido una decepción, pero a la vuelta de la esquina te esperan más oportunidades que merece la pena probar y experimentar.
  • Entiende que nadie merece vivir para siempre sintiendo tristeza. ¿De qué te vale? ¿En qué te ayuda la tristeza? Hazle frente. Mereces ser feliz. Los días se van a suceder los unos a los otros y llegarán más amaneceres para ti. Aprovéchalos.

3. Descansa

Una vez te hayas desahogado y hayas priorizado a su vez nuevos cambios en tu vida con los cuales poner en marcha el motor en tu nuevo día a día, intenta descansar. El sufrimiento vital y esa tristeza ocasiona un gran esfuerzo mental y físico que debes recuperar.
Puede que te parezca una frase hecha pero, en ocasiones, “el descanso todo lo cura”, y en estos casos disfrutar de un sueño reparador es algo vital. Nuestro cerebro necesita “desconectar” de esas presiones diarias para almacenar información, para integrar los aprendizajes realizados y, a su vez, regular esa alteración bioquímica que la tristeza ocasiona en nuestras estructuras cerebrales.
Proporciónale entre 8 y 10 horas de descanso y verás como, al día siguiente, todo tiene un nuevo brillo. ¡El esfuerzo vale la pena

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