ORGANIZACIÒN: La vuelta a clases. Rutina Escolar



La adaptación a la rutina cuando finalizan las vacaciones puede ocasionar alteraciones emocionales y físicas que afectan a algunos niños. Recuperar su ritmo habitual en cuanto a horarios, alimentación y actividades extraescolares pueden ser motivo de preocupación, molestia y estrés. Insomnio, llanto, vómitos o diarrea, son algunas reacciones que responden a una dificultad para retomar su vida diaria, su rutina escolar.
Los padres podemos lograr que ese regreso a clases constituya un momento de alegría si tomamos algunas medidas:
1. Ajustar el horario para dormir. Si el niño se acostumbró a dormir tarde en vacaciones, debemos procurar ir ajustando poco a poco el horario. La hora adecuada para irse a la cama en edad preescolar es entre las 7 y 8 de la noche y en edad escolar entre las 8:30 y 9. La falta de sueño en el niño provoca problemas de atención, mal humor e irritabilidad, afectando su proceso de aprendizaje y su adaptación a la rutina.
2. Procurar un alegre despertar y evitar el caos matutino. Comenzar cada día con prisa, nerviosismo y regaños, se transforma en un negativo desgaste de energía. Si 1 hora no es suficiente para levantar con amor a los niños, darles desayuno y arreglarnos nosotros, será necesario levantarse un poco más temprano. Esto implicará un esfuerzo para lograr un día lleno de optimismo y buen humor para todos.
3. Organizar la rutina matutina de los niños (baño, ducha, vestirse, desayunar) Esto les permitirá tener una pauta a seguir, ayudando a agilizar el proceso. Puedes pedirles que la noche anterior preparen su bulto, saquen el uniforme y tú puedes dejar adelantada la Lonchera Escolar.
4. Ayudarlos a identificar los aspectos positivos de volver a la rutina. Encontrarse con sus amigos, conocer amigos y maestros nuevos, un nuevo salón de clases, etc. Puedes comprarle una lonchera escolar con su personaje favorito, todo esto le causará mucha ilusión y emoción de volver a la escuela.
5. Planificar las actividades extraescolares pensando en la diversión. El objetivo principal de estas actividades es que el niño aprenda y se divierta. Para algunos niños las actividades extraescolares se convierten en cargas muy pesadas, agregando estrés y presión por destacar, por ganar la competencia, restando tiempo para jugar, para compartir en familia y para descansar. Debemos tener muy claro que la diversión y el descanso son de vital importancia en la formación integral del niño.
Los padres debemos verificar si los síntomas de rechazo a la escuela son por causas ya existentes antes de las vacaciones y si persisten por más de 2 semanas será conveniente consultar a un especialista.
No olvides valorar los esfuerzos que el niño hace cumpliendo sus deberes y adaptándose poco a poco a la rutina.

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